martes, 16 de junio de 2015

Hay formas de querer, y luego está el amor de verdad.

Tu piel, tus ojos con tanta vida, 
que cualquiera imagina tu guerra.
Tu fuerza de huracán, que rebosa,
me llena, me calma.
Nunca he confiado en nada con más fuerza como lo hago contigo.
Con esa forma sobrehumana de re-escribirte,
mirarme despacio,
leerme,
y decirme que no pasa nada,
que todo irá bien.

Podríamos llenar miles de libros con todas las tragedias que llevamos a cuestas,
pero tu lo harías comedia,
o fábula,
enseñando al mundo todo lo que sabes.

No me cabe tanta admiración, y escribo.
Palabras inéditas,inmediatas, nuestras.
Hechas a nuestra forma, igual que yo estoy hecha a la tuya.

Eres mi gigante, salvavidas y equipaje.
Mi luz, que siempre brilla por muchas tormentas que intenten apagarte.
Te levantas del sofá y dos pasos tuyos saben a gloria.
Te escucho respirar, dormido, y no quiero que acabe nunca,
invento nanas, se giran las tornas y soy yo la que ahora te acurruca.
Te escucho reír y río, 
como si no tuviese fin tampoco la felicidad.
Esa, que en los últimos meses -como bien alguien me dijo-
solo eres capaz de sacarla tú.
Me da igual el resto.
Estas.
Que es lo esencial.
Y tu esencia me sigue llenando de vida.

Creo que después de tanto golpe solo creo en ese tipo de amor.
Y estoy orgullosa de quererte cada día con mas fuerza.
También de que seas así de fuerte.

No hay conexión más bonita.
Y eso, 
con perdón de la expresión,
ninguna enfermedad de mierda va a poder cambiarlo.

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